lunes, 9 de mayo de 2011

En cuanto a la nueva ley española de extranjería, Zapatero no puede entender la perspectiva de los inmigrantes latinoamericanos en su país

 

            Aunque en 2010, España fue elogiada por convertirse en un “faro de derechos humanos”, una nueva ley se ha aprobado el viernes 15 de abril de 2011, que promueva  la xenofobia. 
En mayo de 2010, el bloque latinoamericano, representado por Cristina Fernández de Kirchner, la presidenta de Argentina, discutirían sus miedos sobre los inmigrantes latinoamericanos en la UE.  José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente de España, era el presidente de turno de UE en ese momento.  Los dos grupos acordaron en la Declaración de Madrid  "fomentar la protección de los derechos humanos de todos los inmigrantes," incluidos los inmigrantes ilegales, y combatir "prácticas debidas a la intolerancia y los prejuicios raciales", especialmente contra los inmigrantes.  Kirchner dijo España se había convertido en un “faro de derechos humanos” desde la época de Franco, pero con una nueva ley en proceso de ratificación en España, la opinión de Kirchner podría cambiar. 
La ley nueva en España ha recibido mucha crítica de los funcionarios de Latinoamérica. Es una ley sobre la inmigración más estricta de la que España ha tenido en el pasado, con más requisitos para los inmigrantes ilegales. Uno de los temas más controvertidos de la ley es la sección que promueve la discriminación racial. Muchos críticos hablan de cuando la policía detiene a los inmigrantes en la calle y ve sus documentos solamente por su color de piel. Dicen que esto promueve y permite la discriminación racial en la policía y en la sociedad de España. Esto crea temor en los inmigrantes que viven en España y a causa de esto, muchos de ellos vuelven a su país de origen. En total, hay más discriminación y barreras raciales en España con esta nueva ley. 
Además, la situación de los inmigrantes es más tensa por la crisis económica en España. Específicamente, por culpa de la crisis, los inmigrantes no tienen opciones excepto volver a su país; sin embargo, si y cuando quiera volver a España, nadie reconoce que había estado trabajando aquí previamente. Por lo tanto, a pesar de que ellos hubieran ayudado del crecimiento de la economía, no reciben sus aportes del trabajo en España. Por tanto, en combinación con la nueva ley sobre la injusticia racial, los inmigrantes están teniendo dificultad en proteger sus derechos. Por eso, según al vice primer ministro Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando vuelvan a España (cuando la economía vuelva a estar mejor), los inmigrantes recibirán sus aportes propios.
            En conclusión, por culpa de la crisis económica, mucha gente es más propensa a echar la culpa a los otros, y por lo tanto, el ciclo de los prejuicios raciales, continúa.

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